Mi historia comienza cuando descubrí que me interesaba la comunicación humana, especialmente la que se producía en los medios de comunicación. En este sentido, luego de probar lenguajes audiovisuales, estudiar video y televisión, me di cuenta que en cada producción audiovisual hay una impronta muy fuerte de la cultura que la genera.
Buscando esa impronta cultural, me dirigí hacia las humanidades, esta vez explorando el lenguaje de la literatura, tratando de encontrar métodos que me permitieran analizar los objetos culturales.
Fue entonces cuando me di cuenta de que la cultura estaba siendo afectada por la explosión tecnológica que es imparable. En este sentido, los estudiosos de las humanidades deben estar atentos a los cambios culturales y cómo estos son influenciados por nuestro pasado y nuestro futuro.
De esta forma, cuando creamos objetos culturales que pueden ser un diseño, un texto o un video, no solo estamos creando mensajes funcionales, sino que estamos trasladando parte de nuestra visión del mundo, de las experiencias que vivimos, de la narrativas que nos alimentan. .
Ser académico humanista en estos tiempos es por tanto un acto de responsabilidad comunicativa.
Los objetos preciados aquí representan mi largo viaje. Los muestro como fueron, con sus errores, con sus aciertos, con sus cosas valiosas y las experiencias que me dejaron.